1 jun 2010

KARMA IS A B!TCH


Bueno, sí. A veces incluso los más cautos toman decisiones precipitadas. Malas decisiones. Decisiones que sabemos que lamentaremos al momento, al instante. Sobre todo, a la mañana siguiente. Quizá no lamentaremos precisamente, porque al menos lo intentamos, pero aun así, algo en nuestro interior decide hacer algo alocado, algo que sabemos que quizás haga que nos salga el tiro por la culata. Y sin embargo, Lo hacemos de todas formas. A lo que me refiero es que cosechamos lo que sembramos. El que las hace, las paga. Es el karma. Y lo veas como lo veas, el karma es horrible. De una u otra manera, nuestro karma hace que nos enfrentemos a nosotros mismos. Podemos ver a nuestro karma a los ojos, o podemos esperar a que nos tome por sorpresa por detrás. De una u otra manera, nuestro karma siempre nos encuentra. Por más que te esfuerces, nadie puede escapar de él. Nos sigue a casa. Supongo que no podemos quejarnos del karma. No es injusto, no es inesperado. Simplemente... equilibra la balanza. Incluso cuando vamos a hacer algo con lo cual el karma nos haga salir el tiro por la culata, no hay ni que decirlo. De todas formas lo hacemos.

No hay comentarios.: